sábado, 25 de junio de 2011

Contaminacion Sonora

Es un hecho que la contaminación sonora produce diversos efectos nocivos, los cuales afectan a muchas personas. No solo las organizaciones, como por ejemplo la OMS (Organización Mundial de la Salud) están tratando de terminar con este fenómeno, sino también las personas que lo viven y sufren (la mayoria). Aunque a veces no lo parezca, hay mucha gente que trabaja con el objetivo de disminuir los ruidos molestos, ya sea a nivel mundial o en la vida cotidiana. Las personas que lo hacen de la segunda forma son menos conocidas y reconocidas por los otros, pero aun asi no dejan de dar lo mejor de si para acabar con la contaminación sonora y para hacer que la gente tome conciencia, especialmente los jóvenes.


Este es un video que prueba todo lo descripto anteriormente:


domingo, 19 de junio de 2011

OMS advierte sobre nocividad de la contaminación acústica nocturna

Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS),  la contaminación acústica nocturna puede generar efectos nocivos para la salud, como irritabilidad, cansancio crónico y hasta incidencia en enfermedades cardiovasculares.
Las principales secuelas registradas son irritabilidad, decrecimiento de capacidad laboral, aumento de consumo de fármacos, cansancio crónico.
"Estudios importantes demuestran cierta incidencia, a pesar de ser pequeña, del ruido nocturno en el infarto del miocardio, aunque este aspecto necesita ulteriores profundizaciones", dijo Gaetano Licitra, miembro del grupo de estudio que llevó a cabo el informe de la OMS. 
El estudio evidenció cómo el ruido nocturno puede hacer aumentar el pulso cardíaco; "hasta 10 latidos de más en la fase del sueño en el caso, por ejemplo, del paso de un tren próximo a la propia residencia", aclaró Licitra.
La OMS registró un empeoramiento de los efectos desde su  primer informe publicado ocho años atrás, a la par del incremento de las principales fuentes de disturbio: el tráfico urbano, ferroviario y aéreo, principales fuentes de disturbio. 
A partir del informe se conformó una "tabla de riesgo", en la que al aumentar los decibeles durante el sueño se agravan los efectos en la salud. Hasta 30 decibeles no se observaron efectos biológicos sustanciales; entre 30 y 40 decibeles incrementan los movimientos del cuerpo, los disturbios del sueño y la  excitación.   
"Los efectos parecen modestos pero no se puede excluir que el grupo vulnerable los resiente en mayor medida", anota el reporte.
Entre 40 y 50 decibeles existe un marcado aumento de nocividad y las personas expuestas suelen adaptarse a convivir y no darse cuenta de la contaminación acústica. 
En este nivel de exposición los grupos vulnerables asimilan daños "severos".
Por encima de los 55 decibeles la situación es considerada "peligrosa a nivel de salud pública" y el sistema cardiovascular comienza a sufrir estrés.
Según el especialista en salud Licitra, el nivel medio de decibeles que emite el tráfico urbano diurno es de 65 y el promedio nocturno de 7. 
Pero el paso de un tren de noche llega a 80 decibeles, y hasta a 90 si es de carga, que son los más frecuentes durante la noche y los más largos, según Licitra.   
Las recomendaciones europeas apuntan a que la población no esté expuesta a niveles que superan los 30 decibeles durante la noche.



domingo, 12 de junio de 2011

Noticia 3

Noticia
3-12-2004
La Nacion (Argentina)
Por Laura Rocha

La aprobó anoche la Legislatura

Una ley castigará la contaminación acústica en la ciudad

Las sanciones llegan hasta los $ 30.000
  • Habrá cinco zonas con topes de ruido establecidos
  • El máximo son 80 decibeles para áreas industriales
      • El Ejecutivo tiene 180 días para reglamentar la norma
La Legislatura porteña sancionó anoche una ley para mitigar la contaminación acústica en la ciudad de Buenos Aires. La norma obliga al gobierno a diseñar una política de reducción sonora, a confeccionar un mapa de ruidos cada cinco años e incluye sanciones que llegan a los 30.000 pesos para los infractores.
La iniciativa, que deberá ser promulgada y reglamentada por el Poder Ejecutivo local -para lo que cuenta con 180 días-, también obliga a las empresas concesionarias de los subterráneos y del Aeroparque Metropolitano a realizar estudios de impacto sonoro, que deberán adecuarse a los niveles máximos de ruido establecidos por la norma.
"Se dividirá la ciudad en zonas en las que se establecen los niveles de ruido permitidos, y el mapa debe actualizarse cada dos años pues tiene que contener metas por alcanzar", explicó a LA NACION Juan Manuel Velasco (Bloque Plural), presidente de la comisión de ecología y autor de la iniciativa. Las cinco zonas van desde las áreas de silencio hasta las especialmente ruidosas, las que deberán ser establecidas por la autoridad de aplicación de la ley, la Subsecretaría de Medio Ambiente porteña.

Parámetros de la OMS
Para la zona 5, la más ruidosa, el límite quedó fijado en 80 decibeles (dB). Según parámetros de la Organización Mundial de la Salud, por encima de los 70 dB los sonidos resultan molestos, y si superan los 90 se vuelven dañinos.
Para los titulares de inmuebles que violen esta norma, está previsto cobrarles una multa que va desde los 200 pesos a los 5000. Cuando se trate de un establecimiento industrial, el castigo será más duro: deberán pagar entre $ 2000 y $ 30.000. También se castigará a quienes no hagan los controles obligatorios en los caños de escape, a quienes usen indebidamente las bocinas, y a quienes tengan en sus unidades sirenas antirreglamentarias. Las sanciones en estos casos van desde los $ 50 hasta los $ 1000, e incluyen la inhabilitación para el transporte hasta por 30 días.
Las cifras indican que en la ciudad hace 30 años el nivel acústico en las calles en Buenos Aires estaba entre los 50 y los 60 dB. Hoy, los niveles indican que los valores superan los 70 dB y ya casi no existe el silencio por las noches.
"Hasta ahora la autoridad sólo podía actuar ante una denuncia. Con esta ley se podrá hacer controles sorpresivos, tanto de los vehículos como de los subtes, los trenes, o los boliches que emitan ruidos por encima de los límites", agregó Velasco, que los diferenció de los ruidos molestos, que son una contravención.
Alicia Bello (CPC) que también participó de la confección de la norma, fue tajante: "El aspecto más ríspido es el nivel de compromiso que asuma el Poder Ejecutivo en el efectivo cumplimiento de la norma. De no ser así, la Legislatura habrá trabajado en vano una vez más. Por el contrario, si es cumplida esta ley, redundará en un beneficio directo para los porteños".
Silvia Cabeza, presidente de la asociación civil Oír Mejor, recordó: "Se debe concientizar a la población acerca de los efectos nocivos que el ruido produce. La hipoacusia es irreversible, y los efectos extrauditivos como consecuencia del estrés, provocan casos de hipertensión, trastornos de conducta e incluso digestivos, hasta la pérdida de la memoria. Todos ellos son producto de la contaminación acústica".

viernes, 3 de junio de 2011

Noticia 2

Sociedad Española de Acústica desmiente afirmación de que Madrid sea la segunda ciudad más ruidosa del mundo tras Tokio
Madrid | 15/05/2011 - 15:34h

Madrid, (EUROPA PRESS).- La Sociedad Española de Acústica (SEA) ha desmentido la conocida afirmación "gratuita" de que Madrid es la segunda ciudad más ruidosa del mundotras Japón.
Tal y como explica Placido Perera Melero, miembro de la SEA, en el último número de la revista de la Sociedad, la declaración de que los ciudadanos de la capital española soportaban los niveles más altos de contaminación acústica tras la capital japonesa proceden de un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Europeo (OCDE) de 1991.
Perera, que ha trabajado durante años en el Servicio encargado del control de la contaminación acústica de la ciudad de Madrid, ha señalado que durante años los datos le "demostraban que dicha manifestación no se ajustaba a la realidad".
En ese sentido, ha señalado que ese informe de la OCDE, "tan famoso como desconocido", fue encargado por dicha institución para hacer una valoración de la calidad acústica de las ciudades. "Con escasos datos de unos pocos países, no todos ellos obtenidos por procedimientos directamente comparables, llega a la conclusión de que España es el país más ruidoso después de Japón", ha indicado.
Con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, ha querido exponer los datos reales y los estudios comparativos realizados en su momento, "que demuestran que entonces la famosa expresión no se ajustaba en absoluto a la realidad". "Prometo que será la última explicación; uno ya es muy mayor y está cansado de nadar a contra corriente", ha indicado el miembro de la SEA.
Procedimientos no homologados en los 90
Como primer punto, ha destacado que en los años 90 no existía norma ni limitación alguna a nivel nacional o europeo que estableciera a partir de qué límites se debía considerar que existe un problema de contaminación acústica, ni una graduación de dicha contaminación, cuando esta existiera. Tampoco existían procedimientos homologados para la medición y evaluación de la contaminación acústica.
"Los pocos países que se preocupaban en obtener datos sobre este tipo de contaminación tenían sus propios procedimientos que hacían muy difícil poder realizar estudios comparativos, al utilizar incluso índices de valoración distintos", ha añadido Perera.
No obstante existían dos recomendaciones en el ámbito internacional que, de forma genérica, se venían aplicando a los niveles acústicos urbanos. La de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establecía como valores guía a partir de los cuales se debe considerar como contaminación acústica un nivel sonoro de 55 decibelios, en período de día y 45, en período de noche; mientras que la de OCDE, que establecía el límite en 65 decibelios L Aeq 24 horas.
"Si se estudian con un mínimo de detenimiento ambas recomendaciones, se comprueba una notable incongruencia entre ellos. Si tomamos como periodos día y noche los tradicionalmente establecidos y aplicando los límites establecidos para ambos períodos por la OMS a cada uno de dichos períodos, se obtiene como valor del L Aeq 24 horas 53 decibelios, frente a los 65 de la recomendación de la OCDE, es decir 12 de diferencia, lo que al tratarse de magnitudes logarítmicas es un diferencia espectacular", ha indicado el experto de la SEA.
Además, cree que de ambas recomendaciones, la de la OCDE siempre ha sido considerada como la más apropiada para evaluar problemas de contaminación acústica ambiental urbana.
Por otro lado, Pereda ha recordado que en aquellas fechas sólo se tenían datos reales de los niveles sonoros ambientales de la almendra central de Madrid, pero en el año 1998 el
Departamento de control acústico realizó el trabajo de transformar los datos del mapa acústico medidos en periodo día y periodo noche, a LAeq 24 horas y valoración anual, obteniendo los siguientes resultados 66,83 decibelios de valor L Aeq 24 horas en la almendra central de la capital.
"Si se concreta el estudio a la población afectada en la almendra central se deduce que 648.787 habitantes soportan niveles superiores a 65 decibelios, 561.509 soportan niveles inferiores 65. Es decir, el 53,60 por ciento de los habitantes de la almendra central soportan niveles superiores a 65 decibelios", ha dicho.
Comparados estos datos con los proporcionados por el informe de la OCDE del año 1979, el porcentaje de población afectado a niveles superiores a 65 decibelios en los distintos países (no solo en sus capitales) era de un 47 por ciento en Francia, el 50 por ciento de Inglaterra, el 68 por ciento en Bélgica, el 72 por ciento en Alemania y el 74 por ciento en España.
A la vista de esta información, la ciudad de Madrid con su 53,60 por ciento de población de la almendra central afectada por niveles sonoros ambientales superiores a 65 decibelios se encontraría situada entre Inglaterra y Bélgica.
"Es razonable deducir que Londres, Bruselas y París serán algo más ruidosas que el global del país. Si a eso añadimos que, igualmente en la almendra central, la zona más antigua de Madrid, los niveles sonoros ambientales deben de ser algo superiores a los existentes en el resto de la ciudad, podemos concluir que los ciudadanos de Madrid soportan niveles sonoros ambientales muy similares a los de grandes ciudades de Europa, sean o no mediterráneas", ha argumentado.
Pereda ha recordado que todas estas conclusiones fueron ratificadas por los especialistas europeos en acústica ambiental asistentes a la Reunión de Expertos Internacionales para el intercambio de experiencias en el Control de la Contaminación Acústica, celebrada en Madrid en el mes de Noviembre de 1999. Por todo ello, cree desmontada "la falsa leyenda" de que Madrid es la ciudad más ruidosa del mundo después de Tokio y de que España es el país más ruidoso tras Japón.
"Con todo lo indicado no quiero decir que Madrid no tenga problemas de contaminación acústica, que los tiene, lo cierto es que tiene los mismos problemas o muy similares a las ciudades de características similares en su entorno europeo", concluye en su artículo.