domingo, 30 de octubre de 2011

Pentagrama: Las claves


La clave es un símbolo usado en notación musical, cuya función es asociar las notas musicales con las líneas o espacios del pentagrama. Una clave asocia una nota en concreto con una línea del pentagrama, de manera que a las notas siguientes les corresponderán los espacios y líneas adyacentes.
Existen tres símbolos distintos para representar a las distintas claves, la clave de sol, la clave de fa y la clave de do, que llevan el nombre de la nota que designan a la segunda línea de los pentagramas. Es obligatoria su colocación al principio de cada pauta, pero puede cambiarse durante el transcurso de la obra en cualquier momento, si se requiere.

La clave del sol

El símbolo usado para representar esta clave se basa en un espiral parecido a una G, unida a una especie de S. La clave de sol en la notación musical moderna se coloca en la segunda línea del pentagrama empezando por la de abajo, y esa colocación se guía por el inicio de la espiral que la forma. Durante el Barroco se la conocía como clave italiana. También se la denominaba “clave de violín” (puesto que las partituras para este instrumento se escriben en esta clave) o “clave de G” (utilizando la notación musical anglosajona). En inglés se denomina treble clef (‘clave para agudos’) y a veces “clave francesa”.

Esta clave se encarga de situar al sol4 (sol3 en notación franco-belga, sol5 el resto de las notas que estén escritas sobre la partitura se nombran a partir de esa). Es la clave que da la posibilidad de representar sonidos agudos, de manera que es la que usan los instrumentos con tesituras más altas. Sobre todo la usan el oboe, la flauta, el violín, algunos instrumentos de percusión, y la mano derecha del piano (a diferencia de la mano izquierda, que lee usualmente en clave de fa). En la música vocal, tanto la voz soprano como la contralto están escritas en esta clave si bien, en sus orígenes, esto no era así ya que cada una tenía una clave propia. La clave de soles la más usada en la actualidad.
Durante el siglo XVII y el siglo XVIII, era costumbre escribir la música para violín o flauta, sobre todo la publicada en Francia, en una clave de sol en la primera línea, ya que daba la posibilidad de representar en el pentagrama sonidos un poco más agudos.


La clave de fa

La clave de fa no se ha representado con dos símbolos distintos, aunque uno de ellos en la actualidad está en dado. Ambos símbolos provenían de una versión estilizada de la letra F, que en la notación musical anglosajona simboliza a la nota fa. Esta clave sitúa a la nota fa3 (fa2 según la notación franco-belga, fa4 según la notación de Riemann y F3 en notación científica americana) sobre el pentagrama, y tiene dos posiciones distintas sobre el mismo, o bien sobre la tercera línea, o bien sobre la cuarta línea. Su situación sobre una o sobre otra línea lo marcan dos pequeños puntos, uno encima del otro, que se colocan a la derecha de la clave y delimitando la línea a la que se refiere.

La clave de fa que se sitúa en la cuarta línea del pentagrama, se denomina clave de fa en cuarta y hace más tiempo se denominaba también clave de bajo, ya que para la música vocal la partitura de los bajos estaba escrita en esta clave. Es la clave en uso que permite escribir sobre el pentagrama sonidos más graves. En la actualidad, la usan sobre todo los bajos de la cuerda frotada, como el violonchelo y el contrabajo, y los instrumentos más graves de la familia del viento metal, como por ejemplo la tuba o el trombón y las de madera, como  el fagot y en algunos casos, el contrafagot. También usada en percusión (redoblante, timbales, platillos, bombo, caja, etc). También se usa para la mano izquierda del piano, que da sonidos más graves que la mano derecha, que se escribe en clave de sol.

La clave de fa que se sitúa en la tercera línea del pentagrama se denomina clave de fa en tercera. Se utilizaba como clave de transición para instrumentos de tesituras graves. Una denominación más antigua era clave de barítono, ya que en la música vocal, las partituras escritas para estos cantantes se escribían en esta clave. Se usa muy poco, o casi nada.

En alguna ocasión se ha usado la clave de fa situada en la quinta línea del pentagrama, como el caso del compositor Heinrich Schütz, pero en la actualidad no se utiliza. Daría el mismo nombre a las notas que la clave de sol en segunda línea, pero la tesitura sería dos octavas más grave. Es la clave que proporciona la tesitura más grave de todas las posibles combinaciones de claves en el pentagrama.


La clave del do

El símbolo que representa a la clave de do, está formada por dos C al revés, una encima de la otra. Esto es porque en la notación anglosajona, la C representa a la notado, y además se encarga de asignar a las líneas del pentagrama la nota do4 (do3 en notación franco-belga, do5 en notación de Riemann y C4 en notación científica americana), también denominado Do central. Esta clave tiene cuatro posiciones posibles, en la primera línea, en la segunda, en la tercera o en la cuarta, aunque las más utilizadas son las que se sitúan sobre la tercera o cuarta línea. Como generalidad, se usa para representar sonidos medios.
La clave de do que se sitúa sobre la tercera línea del pentagrama, se denomina clave de do en tercera o clave de contralto, debido a que la música para contraltos se solía representar en esta clave. Se usa para la música para violas, a veces para trombones y para música vocal antigua.
La clave de do situada sobre la cuarta línea del pentagrama, se denomina clave de do en cuarta o clave de tenor. Esto se debe a que la música para tenor solía representarse en esta clave. Se usa para el fagot, como clave de transición para algunas notas agudas del violonchelo y para representar notas agudas del trombón. En ocasiones se puede ver todavía en partituras de música vocal antigua.y también se usa para la trompeta y la marimba
La clave de do que se representa en la primera línea del pentagrama, siempre empezando a contar por abajo, se llama clave de do en primera o clave de soprano. En la actualidad no se utiliza, pero en otros tiempos se usaba sobre todo para representar la parte de soprano en las partituras vocales. Ahora se puede encontrar en textos antiguos, para algún fragmento cantado por sopranos.
La clave de do situada en la segunda línea del pentagrama, se denomina clave de do en segunda, o también clave de mezzosoprano, debido a que se usaba esta clave para representar la música de las cantantes mezzosoprano. Apenas se usa, excepto para algunos fragmentos para evitar añadir muchas líneas adicionales en la música para mezzosoprano.



miércoles, 19 de octubre de 2011

Pentagrama: Las figuras (parte 2)


Una corchea es una figura musical que equivale a 1/8 del valor de la figura redonda..
La corchea se dibuja como un pequeño óvalo relleno (la cabeza de la nota), con una línea recta vertical dirigida hacia arriba o hacia abajo, llamada plica, con un solo rabillo (ver Figura 1). La longitud de la plica debe ser exactamente de una octava. Un símbolo relacionado es el silencio de corchea, que indica un silencio de la duración de una corchea.
Como todas las notas con plicas, la regla general es que cuando el óvalo que indica la altura de la corchea se encuentra debajo de la línea central del pentagrama, la plica se dibuja a la derecha del óvalo y apuntando hacia arriba. Y cuando el óvalo se encuentra encima de la línea central del pentagrama, la plica se dibuja a la izquierda del óvalo y apuntando hacia abajo.
Los rabillos siempre deben ir del lado derecho de la plica, curvos hacia la derecha. Cuando la plica apunta hacia arriba, el rabillo comienza en la punta superior y se curva hacia abajo; cuando la plica apunta hacia abajo, el rabillo comienza desde la punta inferior y se curva hacia arriba.
Cuando varias corcheas (o semicorcheas, fusas, semifusas) están cerca una de la otra, y se encuentran dentro de la misma unidad de pulso, las plicas se conectan con una línea gruesa más o menos horizontal (según la dirección general de las notas a unir)

La semicorchea es una figura musical que equivale a 1/16 del valor de la figura redonda. También equivale a dos notas fusas
Cuando varias semicorcheas están cerca una de la otra, y se encuentran dentro del mismo compás, las plicas se unen con barras horizontales o inclinadas (como se observa en la figura 2).
En la música coral, las figuras se escriben en forma separada, indicando las sílabas que deben ser cantadas.

La fusa es una figura musical que equivale a 1/32 del valor de la figura redonda y a dos figuras semifusas.
Como en el caso de otras notas con plicas, cuando varias fusas están cerca una de la otra, y se encuentran dentro del mismo compás, sus tres plicas se unen, convirtiéndose en tres barras horizontales, inclinadas o esta se combina con 3 líneas.
En la música coral las figuras se escriben en forma separada, indicando las sílabas a ser cantadas.

Semifusa es la figura musical que equivale a 1/64 del valor de la figura redonda. También equivale a dos notas garrapateas (aunque estas no son muy usadas en la música actual).
Se grafica con cuatro corchetes. Como en el caso de otras notas con corchetes, cuando varias semifusas están cerca una de la otra, y se encuentran dentro del mismo compás, los cuatro corchetes se unen, convirtiéndose en cuatro barras horizontales o inclinadas.
En la música coral no es frecuente separar las semifusas, dada su brevedad.


sábado, 15 de octubre de 2011

Petagrama: Las figuras (parte 1)


En el ámbito de la música, una figura (también llamada «nota») es un signo que representa gráficamente la duración de un sonido determinado. Cuando aparece situada en un pentagrama con clave establecida, determina también la altura del sonido.
Las figuras más utilizadas son siete y se denominan de la siguiente forma: redonda, blanca, negra, corchea, semicorchea, fusa y semifusa.

Redonda: Una redonda es una figura musical equivalente a cuatro pulsos de negra. Dado un tiempo largo de negra = 60 su duración es de 4 segundos. En una métrica de 4/4 esta figura dura todo un compás. Se representa como un óvalo blanco, como el de una blanca, pero sin barra vertical. En un compás binario (2/4; 3/4; 4/4; etc.), la redonda equivale a cuatro tiempos. La mayoría de las otras notas parten de la nota redonda; la nota blanca dura la mitad de lo que dura una redonda, la nota negra dura un cuarto, etc. Una nota cuadrada dura el doble que una redonda. Su silencio asociado es una barra horizontal que «cuelga» de la cuarta línea del pentagrama.
Esta figura suele ser empleada en orquestación para pedales armónicos.

Blanca: Una blanca es una figura musical que equivale a 2 del valor de la figura (negra) (nota)|redonda]], a 2 negras, 4 corcheas, 8 semicorcheas, etc. La blanca, como todas las figuras musicales, tiene un silencio de su mismo valor. El mismo consiste en un guion grueso adherido por encima a la tercera línea del pentagrama.
La blanca indica una duración dos veces más larga que una negra o dos veces más corta que una redonda. Si se le añade un puntillo dura su duración habitual más la mitad de esa duración: siendo su duración habitual 4 corcheas, pasa a durar 6 (4 + 2); siendo su duración habitual 2 negras, pasa a durar 3 (2 + 1).
En un compás 2/4, la blanca equivale a dos tiempos (dos negras), en un compás 2/2 equivale a un tiempo y en un compás 2/1 equivale a medio tiempo. Se usa en los pentagramas normalmente, como todas las demás notas, con un valor relativo; la nota que le sigue de mayor valor es la redonda, la cual equivale a cuatro negras, y a la redonda le sigue la cuadrada la cual equivale a ocho negras. Esta última apenas se utiliza.
La blanca no se suele utilizar en compases de subdivisión ternaria.

Negra: La negra es una figura musical usada para indicar un sonido con una duración de un tiempo. Corresponde a la cuarta parte de una redonda y a dos corcheas. La negra es un óvalo oscurecido (de ahí su nombre), de la que sale una línea recta vertical (plica), sin ningún adorno. Su silencio equivalente es el silencio de negra que significa que durante un tiempo no se hace sonido.


sábado, 8 de octubre de 2011

Elementos de la Musica


La organización coherente de los sonidos y los silencios (según una forma de percepción) nos da los parámetros fundamentales de la música, que son la melodía, la armonía y el ritmo. La manera en la que se definen y aplican estos principios, varían de una cultura a otra (también hay variaciones temporales).
  • La melodía es un conjunto de sonidos —concebidos dentro de un ámbito sonoro particular— que suenan sucesivamente uno después de otro (concepción horizontal), y que se percibe con identidad y sentido propio. También los silencios forman parte de la estructura de la melodía, poniendo pausas al "discurso melódico". El resultado es como una frase bien construida semántica y gramaticalmente. Es discutible —en este sentido— si una secuencia dodecafónica podría ser considerada una melodía o no. Cuando hay dos o más melodías simultáneas se denomina contrapunto.
  • La armonía, bajo una concepción vertical de la sonoridad, y cuya unidad básica es el acorde, regula la concordancia entre sonidos que suenan simultáneamente y su enlace con sonidos vecinos.
  • La métrica, se refiere a la pauta de repetición a intervalos regulares, y en ciertas ocasiones irregulares, de sonidos fuertes o débiles y silencios en una composición.
  • El ritmo, es el resultado final de los elementos anteriores, a veces con variaciones muy notorias, pero en una muy general apreciación se trata de la capacidad de generar contraste en la música, esto es provocado por las diferentes dinámicas, timbres, texturas y sonidos.
Otros parámetros de la música son: la forma musical, la textura musical y la instrumentación.

Pentagrama

En el sistema de notación musical utilizado comúnmente en los países occidentales, el pentagrama es el lugar donde se escriben las notas y todos los demás signos musicales. Tiene cinco líneas y cuatro espacios, que se enumeran de abajo hacia arriba. Las líneas son horizontales, rectas y equidistantes.
La música se escribe por medio de signos que se colocan en el pentagrama. Los signos principales son:
  • Las figuras como representación de la nota musical: cada una de ellas indica duración de sonido y, situada específicamente en una de las líneas o de los espacios, corresponde a un tono musical determinado. La invención del pentagrama resolvió los problemas de representación gráfica del mismo. Cada vez que la melodía supera el ámbito de nueve tonos que cubre el pentagrama, se utilizan espacios y líneas adicionales, que se dibujan tanto encima como bajo el pentagrama, según sea necesario.
  • Las claves.
  • Los silencios.
  • Las alteraciones.
Aparte de las notas, en el pentagrama se ubica al principio la clave, los modificadores que indican la tonalidad usada (armadura), el compás y el carácter (afectuoso, marcial, etc.).

El sonido en la musica


El sonido, en combinación con el silencio, es la materia prima de la música. En música los sonidos se califican en categorías como: largos y cortos, fuertes y débiles, agudos y graves, agradables y desagradables. El sonido ha estado siempre presente en la vida cotidiana del hombre. A lo largo de la historia el ser humano ha inventado una serie de reglas para ordenarlo hasta construir algún tipo de lenguaje musical.

La música es el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psico-anímicos. El concepto de música ha ido evolucionando desde su origen en la antigua Grecia, en que se reunía sin distinción a la poesía, la música y la danza como arte unitario. Desde hace varias décadas se ha vuelto más compleja la definición de qué es y qué no es la música, ya que destacados compositores, en el marco de diversas experiencias artísticas fronterizas, han realizado obras que, si bien podrían considerarse musicales, expanden los límites de la definición de este arte.
La música, como toda manifestación artística, es un producto cultural. El fin de este arte es suscitar una experiencia estética en el oyente, y expresar sentimientos, circunstancias, pensamientos o ideas. La música es un estímulo que afecta el campo perceptivo del individuo; así, el flujo sonoro puede cumplir con variadas funciones (entretenimiento, comunicación, ambientación, etc.).

Las definiciones parten desde el seno de las culturas, y así, el sentido de las expresiones musicales se ve afectado por cuestiones psicológicas, sociales, culturales e históricas. De esta forma, surgen múltiples y diversas definiciones que pueden ser válidas en el momento de expresar qué se entiende por música. Ninguna, sin embargo, puede ser considerada como perfecta o absoluta.
Una definición bastante amplia determina que música es sonoridad organizada (según una formulación perceptible, coherente y significativa). Esta definición parte de que —en aquello a lo que consensualmente se puede denominar "música"— se pueden percibir ciertos patrones del "flujo sonoro" en función de cómo las propiedades del sonido son aprendidas y procesadas por los humanos (hay incluso quienes consideran que también por los animales).
Hoy en día es frecuente trabajar con un concepto de música basado en tres atributos esenciales: que utiliza sonidos, que es un producto humano (y en este sentido, artificial) y que predomina la función estética. Si tomáramos en cuenta solo los dos primeros elementos de la definición, nada diferenciaría a la música del lenguaje. En cuanto a la función "estética", se trata de un punto bastante discutible; así, por ejemplo, un "jingle" publicitario no deja de ser música por cumplir una función no estética (tratar de vender una mercancía). Por otra parte, hablar de una función "estética" presupone una idea de la música (y del arte en general) que funciona en forma autónoma, ajena al funcionamiento de la sociedad, tal como la vemos en la teoría del arte del filósofo Immanuel Kant.
Jean-Jacques Rousseau, autor de las voces musicales en L'Encyclopédie de Diderot, después recogidas en su Dictionnaire de la Musique,la definió como "Arte de combinar los sonidos de una manera agradable al oído".
Según el compositor Claude Debussy, la música es "un total de fuerzas dispersas expresadas en un proceso sonoro que incluye: el instrumento, el instrumentista, el creador y su obra, un medio propagador y un sistema receptor".
La definición más habitual en los manuales de música se parece bastante a esta: "la música es el arte del bien combinar los sonidos en el tiempo". Esta definición no se detiene a explicar lo que es el arte, y presupone que hay combinaciones "bien hechas" y otras que no lo son, lo que es por lo menos discutible.
Algunos eruditos han definido y estudiado a la música como un conjunto de tonos ordenados de manera horizontal (melodía) y vertical (armonía). Este orden o estructura que debe tener un grupo de sonidos para ser llamados música está, por ejemplo, presente en las aseveraciones del filósofo Alemán Goethe cuando la comparaba con la arquitectura, definiendo metafóricamente a la arquitectura como "música congelada". La mayoría de los estudiosos coincide en el aspecto de la estructura, es decir, en el hecho de que la música implica una organización; pero algunos teóricos modernos difieren en que el resultado deba ser placentero o agradable.