Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación acústica nocturna puede generar efectos nocivos para la salud, como irritabilidad, cansancio crónico y hasta incidencia en enfermedades cardiovasculares.
Las principales secuelas registradas son irritabilidad, decrecimiento de capacidad laboral, aumento de consumo de fármacos, cansancio crónico.
"Estudios importantes demuestran cierta incidencia, a pesar de ser pequeña, del ruido nocturno en el infarto del miocardio, aunque este aspecto necesita ulteriores profundizaciones", dijo Gaetano Licitra, miembro del grupo de estudio que llevó a cabo el informe de la OMS.
El estudio evidenció cómo el ruido nocturno puede hacer aumentar el pulso cardíaco; "hasta 10 latidos de más en la fase del sueño en el caso, por ejemplo, del paso de un tren próximo a la propia residencia", aclaró Licitra.
La OMS registró un empeoramiento de los efectos desde su primer informe publicado ocho años atrás, a la par del incremento de las principales fuentes de disturbio: el tráfico urbano, ferroviario y aéreo, principales fuentes de disturbio.
A partir del informe se conformó una "tabla de riesgo", en la que al aumentar los decibeles durante el sueño se agravan los efectos en la salud. Hasta 30 decibeles no se observaron efectos biológicos sustanciales; entre 30 y 40 decibeles incrementan los movimientos del cuerpo, los disturbios del sueño y la excitación.
"Los efectos parecen modestos pero no se puede excluir que el grupo vulnerable los resiente en mayor medida", anota el reporte.
Entre 40 y 50 decibeles existe un marcado aumento de nocividad y las personas expuestas suelen adaptarse a convivir y no darse cuenta de la contaminación acústica.
En este nivel de exposición los grupos vulnerables asimilan daños "severos".
Por encima de los 55 decibeles la situación es considerada "peligrosa a nivel de salud pública" y el sistema cardiovascular comienza a sufrir estrés.
Según el especialista en salud Licitra, el nivel medio de decibeles que emite el tráfico urbano diurno es de 65 y el promedio nocturno de 7.
Pero el paso de un tren de noche llega a 80 decibeles, y hasta a 90 si es de carga, que son los más frecuentes durante la noche y los más largos, según Licitra.
Las recomendaciones europeas apuntan a que la población no esté expuesta a niveles que superan los 30 decibeles durante la noche.
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