Nivel Sonoro con
Ponderación A
El nivel de presión sonora tiene la ventaja de ser una
medida objetiva y bastante cómoda de la intensidad del sonido, pero tiene la
desventaja de que está lejos de representar con precisión lo que realmente se
percibe. Esto se debe a que la sensibilidad del oído depende fuertemente de la
frecuencia. En efecto, mientras que un sonido de 1 kHz y 0 dB ya es audible, es
necesario llegar a los 37 dB para poder escuchar un tono de 100 Hz, y lo mismo
es válido para sonidos de más de 16 kHz.
Cuando esta dependencia de la frecuencia de la sensación de
sonoridad fue descubierta y medida (por Fletcher y Munson, en 1933, ver
gráfica), se pensaba que utilizando una red de filtrado (ponderación
de frecuencia) adecuada sería posible medir esa sensación en forma objetiva.
Esta red de filtrado tendría que atenuar las bajas y las muy altas frecuencias,
dejando las medias casi inalteradas. En otras palabras, tendría que intercalar
unos controles de graves y agudos al mínimo antes de realizar la medición.
Curvas de Fletcher y Manson:
Había sin embargo algunas dificultades para implementar tal
instrumento o sistema de medición. La
primera era que el oído se comporta de diferente manera con respecto a
la dependencia de la frecuencia para diferentes niveles físicos del sonido.
Por ejemplo, a muy bajos niveles, sólo los sonidos de frecuencias medias son
audibles, mientras que a altos niveles, todas las frecuencias se escuchan más o
menos con la misma sonoridad. Por lo tanto parecía razonable diseñar tres redes
de ponderación de frecuencia correspondientes a niveles de alrededor de 40 dB,
70 dB y 100 dB, llamadas A, B y C respectivamente. La red de
ponderación A (también denominada a veces red de compensación
A) se aplicaría a los sonidos de bajo nivel, la red B a los de
nivel medio y la C a los de nivel elevado (ver figura). El resultado de una
medición efectuada con la red de ponderación A se expresa en decibeles
A, abreviados dBA o algunas veces dB(A), y
análogamente para las otras.
Curvas de ponderacion A,B Y C:
Por supuesto, para completar una medición era necesaria una
suerte de recursividad. Primero había que obtener un valor aproximado para
decidir cuál de las tres redes había que utilizar, y luego realizar la medición
con la ponderación adecuada.
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