La voz humana se produce por la vibración de las cuerdas
vocales, lo cual genera una onda sonora que es combinación de varias
frecuencias y sus correspondientes armónicos. La cavidad buco-nasal sirve
para crear ondas cuasiestacionarias por lo que ciertas frecuencias
denominadas formantes. Cada segmento de sonido del habla viene
caracterizado por un cierto espectro de frecuencias o distribución de
la energía sonora en las diferentes frecuencias. El oído humano es capaz de
identificar diferentes formantes de dicho sonido y percibir cada sonido con
formantes diferentes como cualitativamente diferentes, eso es lo que permite
por ejemplo distinguir dos vocales. Típicamente el primer formante, el de
frecuencia más baja está relacionado con la abertura de la vocal que en última
instancia está relacionada con la frecuencia de las ondas estacionarias que
vibran verticalmente en la cavidad. El segundo formante está relacionado con la
vibración en la dirección horizontal y está relacionado con si la vocal es
anterior, central o posterior.
La voz masculina tiene un tono fundamental de entre 100 y
200 Hz, mientras que la voz femenina es más aguda, típicamente está entre 150 y
300 Hz. Las voces infantiles son aún más agudas. Sin el filtrado por resonancia
que produce la cavidad buco nasal nuestras emisiones sonoras no tendrían la
claridad necesaria para ser audibles. Ese proceso de filtrado es precisamente
lo que permite generar los diversos formantes de cada unidad segmental del
habla.
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